En las últimas semanas hemos asistido en la prensa del corazón a situaciones en las que los padres biológicos de algunos famosos salen a la palestra para intentar recuperar el contacto con los hijos que dieron en adopción años atrás. Pero, ¿qué dice la ley al respecto? ¿Es lícito que un padre busque a sus hijos después de darlos en adopción, o existe el derecho de los hijos adoptivos a no conocer sus raíces biológicas?
En España, la legislación que regula la protección de la infancia y las adopciones internacionales son claras al respecto. Vayamos por partes:
¿Tiene el hijo adoptado derecho a conocer sus orígenes biológicos? Rotundamente, sí. De hecho, la nueva Ley de Protección de la Infancia (que entró en vigor en agosto) trata de facilitar el proceso. Para ello, insta a las administraciones públicas a que conserven todos los datos que posean de los orígenes del hijo dado en adopción durante al menos 50 años, así como sus historias médicas.
Pero qué ocurre a la inversa: ¿tienen los padres biológicos derecho a contactar con los hijos que hubieran dado en adopción? La respuesta es no. Y es que, cuando un padre decide dar a su hijo en adopción consiente en poner fin a cualquier vínculo jurídico con éste de forma irrevocable.
El problema que se plantea es: ¿y si, aun no teniendo ese derecho, el padre busca a su hijo y reaparece en su vida? La ley no contempla ninguna sanción, ni civil ni penal, para aquellos que lo hagan. Ahora bien, siempre queda la puerta abierta para que sea el propio hijo adoptado que considere que el padre le ha causado algún daño o perjuicio moral quien acuda a los juzgados para solicitar que se tomen medidas de carácter civil, como el cese de la conducta de los padres.
Si es cierto que en algunas Comunidades Autónomas se han aprobado leyes de mediación para ayudar a los padres biológicos a localizar a sus hijos, el reencuentro finalmente sólo se produciría si la persona adoptada quisiera y las consecuencias del mismo fueran positivas.
Entonces quedan claros los derechos de una y otra parte. Pero siempre, y como hemos visto, pueden surgir imprevistos: en esos casos, es importante acudir a un profesional que conozca tus derechos y vele por que se respeten, minorando los daños colaterales de la situación.
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