Cuantificar la pensión de alimentos es un proceso que requiere considerar varios aspectos legales y económicos para asegurar que las necesidades del menor o la persona dependiente estén cubiertas adecuadamente.

En primer lugar, es esencial evaluar los ingresos de ambos progenitores. Esto incluye los salarios y sueldos, tanto brutos como netos, así como cualquier ingreso adicional proveniente de inversiones, alquileres, bonos, comisiones, entre otros. También deben considerarse los ingresos no salariales, como las ayudas gubernamentales y beneficios sociales.

Otro aspecto crucial son los gastos y necesidades del menor. Esto abarca el coste mensual de la alimentación, los gastos de educación como matrículas, libros, uniformes, actividades extracurriculares y tutorías, así como los gastos de salud, incluyendo el seguro médico, medicamentos, tratamientos especiales y consultas médicas. Además, hay que tener en cuenta el coste de la vestimenta, vivienda (alquiler o hipoteca y servicios básicos como agua, electricidad y gas), transporte y las actividades de recreación y ocio.

El estilo de vida previo al divorcio o separación también juega un papel importante en la cuantificación de la pensión. Es fundamental mantener el nivel de vida que tenía el menor antes de la separación, considerando sus costumbres y hábitos habituales.

La custodia y el régimen de visitas también influyen en la determinación de la pensión de alimentos. Es necesario evaluar la cantidad de tiempo que el menor pasa con cada progenitor, pues la implicación del progenitor que tiene la guarda a su cargo y el tiempo que pasa con los hijos se debe valorar.

La capacidad económica de cada progenitor es otro factor determinante. Se debe evaluar cuánto puede pagar cada progenitor sin comprometer su propia subsistencia, considerando las deudas existentes y otras obligaciones financieras.

Además, deben tenerse en cuenta las circunstancias especiales, como si el menor tiene alguna necesidad especial (discapacidades, enfermedades crónicas, etc.) que requiera gastos adicionales. También es importante prever posibles cambios en las circunstancias laborales o económicas de los progenitores.

La normativa y jurisprudencia local juegan un papel clave en la cuantificación de la pensión. Es fundamental estar al tanto de la legislación específica del país o región sobre pensiones alimenticias, así como de las sentencias y resoluciones previas en casos similares que puedan orientar el proceso.

Por otro lado, es recomendable considerar la inflación y realizar ajustes periódicos en la pensión en base a la inflación o cambios significativos en las circunstancias.

Finalmente, es importante tener en cuenta cualquier acuerdo previo entre los progenitores o mediaciones que hayan tenido lugar, así como los convenios reguladores formalizados que estipulen la cantidad y condiciones de la pensión.

En conclusión, para cuantificar la pensión de alimentos de manera justa y acorde a la legislación vigente, es recomendable acudir a un abogado especializado en derecho de familia que pueda proporcionar asesoramiento específico para cada caso concreto.