El convenio de guarda o divorcio es un documento clave cuando una pareja decide disolver su relación o matrimonio de manera amistosa. Este acuerdo es esencial porque establece los términos y condiciones que regularán la relación futura entre las partes y los hijos, y es crucial que esté bien detallado para evitar conflictos y malentendidos.

No obstante, la realidad es que a día de hoy nos encontramos con muchos despachos y Letrados multidisciplinares en el que, aun no dedicándose al derecho de familia, tramitan separaciones sin tener en cuenta la gran importancia de la especialización en este ámbito del derecho y se redactan convenios estándar en el que se dejan muchos aspectos sin resolver.

Aun cuando en el momento de separarse las partes tengan una relación cordial, se deben prever los posibles problemas que puede deparar el futuro. Por ello, de la importancia de redactar un convenio donde se especifiquen y detallen a la perfección todos los efectos de las partes y su organización familiar.

En cuanto a esta organización familiar, es de vital importancia el famoso Plan de Parentalidad, que debe estar presente en todo convenio de mutuo acuerdo, según el Código Civil de Catalunya.

El Plan de Parentalidad

El Plan de Parentalidad es un acuerdo formal y detallado entre padres separados o divorciados que establece cómo compartirán las responsabilidades en la crianza de sus hijos. Su objetivo es garantizar que los hijos reciban la atención y el apoyo necesario, a pesar de la ruptura de la relación entre los padres.

  • Uno de los principales beneficios de contar con un plan de parentalidad detallado es que brinda a los hijos una estabilidad emocional necesaria durante la transición. Cuando los niños tienen claridad sobre cómo será su vida tras la separación, con horarios bien definidos y expectativas claras sobre su convivencia con cada padre, sienten más seguridad. Esto es crucial, ya que el cambio en la estructura familiar puede ser difícil de afrontar, y un entorno predecible les ayuda a adaptarse.
  • En cuanto a la custodia y los tiempos de convivencia, es importante que el plan aborde con detalle los horarios regulares de convivencia con cada progenitor, pero también que contemple situaciones especiales, como vacaciones, días festivos y eventos familiares. La especificación clara de estos tiempos ayuda a reducir malentendidos, ya que ambas partes sabrán exactamente qué esperar en cada circunstancia.
  • Otro aspecto crucial es la toma de decisiones importantes sobre los hijos. Las decisiones sobre temas como la educación, la salud, las actividades extracurriculares y otros aspectos fundamentales de su vida deben estar claramente definidas en el plan, ya sea que se tomen de manera conjunta o que uno de los padres tenga la responsabilidad principal.
  • La comunicación entre los padres también es un pilar esencial. Un plan de parentalidad detallado puede establecer pautas claras sobre cómo y cuándo deben comunicarse los padres, ya sea para informar sobre asuntos importantes relacionados con los hijos o para coordinar logísticamente el intercambio de custodias. Una buena comunicación entre los padres es fundamental para mantener un ambiente saludable para los hijos.
  • Además, el plan debe prever cómo se manejarán los cambios en las circunstancias de los padres o los hijos. A lo largo de los años, es natural que la vida de los progenitores o de los niños cambie: pueden aparecer nuevas relaciones, un cambio de trabajo o una mudanza. El plan debe ofrecer soluciones claras sobre cómo abordar estos cambios sin generar tensiones innecesarias.
  • Por otro lado, en caso de surgir conflictos, un buen plan de parentalidad debe ofrecer soluciones para resolverlos sin necesidad de acudir inmediatamente a los tribunales. Incluir un procedimiento de mediación o un sistema de resolución de disputas puede ayudar a los padres a resolver sus diferencias de manera pacífica y eficaz, siempre poniendo como prioridad el bienestar de los hijos.
  • En temas más específicos, como la educación y actividades extracurriculares, el plan puede contemplar no solo quién será el responsable de tomar decisiones sobre estas áreas, sino también cómo se compartirán los gastos asociados, para evitar confusiones o desacuerdos sobre el reparto de responsabilidades económicas. Del mismo modo, es fundamental definir cómo se gestionarán los temas relacionados con la salud de los hijos, incluyendo tanto los tratamientos médicos rutinarios como los gastos médicos extraordinarios, y quién se encargará de tomar decisiones en situaciones de emergencia.
  • Otro aspecto que suele generar conflictos es la logística de los traslados entre los hogares de los padres. Un plan detallado debe especificar quién será el encargado de llevar y recoger a los hijos, así como los puntos de encuentro para evitar malentendidos. También debe contemplar cómo se gestionarán los viajes fuera de la ciudad o del país, y si es necesario que ambos padres estén de acuerdo o que uno informe al otro con cierta anticipación.

En resumen, un plan de parentalidad exhaustivo no solo previene conflictos y malentendidos entre los progenitores, sino que garantiza que los hijos cuenten con un entorno seguro y estable a lo largo del tiempo. Un documento bien estructurado, que contemple todos los posibles escenarios, permite a los padres seguir adelante con sus vidas de manera independiente mientras mantienen una cooperación efectiva centrada en el bienestar de los niños.