Una lacra crece en nuestra sociedad y debe ser combatida. Se trata de la llamada violencia filio-parental, que según la Fiscalía General del Estado sigue aumentando en España.

En 2018 se iniciaron 4.833 procedimientos por violencia doméstica de menores contra padres y hermanos, más que en 2017 (4.655) y que en 2016 (4.355). Pero estas estadísticas apenas recogen una parte de los casos: hay mucha realidad oculta porque los padres no quieren denunciar hasta que la situación es insostenible.

La Fiscalía define este problema que se presenta en todas las clases sociales como «un mal enquistado en el tejido social», y los expertos consultados señalan causas como el adelanto de la adolescencia, el mal uso de la tecnología y la intolerancia a la frustración. Urge habilitar medios para atajar esta tendencia que para muchos es ya una epidemia silenciosa.

 

EL MUNDO.